Construcción

Construcción

Los primeros trabajos se centraron en el estudio y la localización del emplazamiento para construir la central, eligiendo, finalmente, el cauce del río Ebro, entre Trespaderne y La Rioja, en el meandro que forma el Ebro en las proximidades del pueblo de Santa María de Garoña, en la cola del embalse de Sobrón, ya que era un punto que reunía todos los requisitos necesarios para la construcción de un gran centro de producción energética.

El 17 de agosto de 1963 NUCLENOR obtuvo la autorización para la construcción de la primera central nuclear española, denominada Bilbao-Ebro que iba a constar inicialmente de dos grupos de 250.000 kilovatios, cuyo proyecto se había presentado en la Delegación de Industria de Burgos en 1958. En 1965 fue seleccionado, entre las propuestas presentadas al concurso internacional, el proyecto de General Electric.

Las obras de construcción de la central, llamada finalmente Santa María de Garoña, se iniciaron en septiembre de 1966, una vez conseguido el permiso definitivo, y concluyeron en noviembre de 1970. La infraestructura necesaria para este proyecto, de gran dimensión en la España de la época, puso en marcha el mayor dispositivo de transporte pesado del continente hasta entonces, al trasladar la vasija del reactor desde Bilbao hasta el emplazamiento, y además supuso la utilización de 100.000 metros cúbicos de hormigón, 600.000 metros de cable y 12.000 toneladas de acero.

El 2 de marzo de 1971 Santa María de Garoña se acopló al sistema eléctrico nacional, logrando la plena potencia 27 días después con 460.000 kilovatios eléctricos brutos, que corresponden a 1.381.000 kilovatios térmicos, la mayor instalada hasta ese momento en Europa.